Nos encontrabamos mirando las fotos. Una de ellas era la que podéis ver bajo estas líneas.
Se me ocurre preguntar al guía del museo quiénes son las personas que salen en la foto. Somos yo y mi abuela, los propietarios de la casa -dice-. Entendimos todo, Edis Kolar había formado parte del ejercito y vivió en muy primera persona la construcción del túnel. Su abuela fué otra de las heroínas en aquellos meses, lejos de abandonar su casa y marcharse ayudaba a todas aquellas personas que pasaban por el túnel en todo aquello que podía. Edis nos explica cómo fué el final de la guerra, recuerda cómo si fuera ayer que estaba en las montañas. Justo en el frente librando batalla contra los serbios. Ese día vi morir a 20 de mis compañeros de unidad -comenta Kolar-. El día siguiente al final de la guerra fué descrito por él como el día más silencioso de su vida. Sólo un gran silencio, repite un par de veces. Edis Kolar relata que no puede volver a ocurrir nada así, nunca hay ganadores en una guerra. Sólo perdedores y miles de vidas perdidas. Nos despesimos de él agradeciéndole su testimonio tan personal y cercano, sin duda Edis Kolar era la pieza más valiosa de ese museo. Volvemos a subir al coche de Irfan, nos acercará al centro y comeremos algo. (Continuará en parte III)
Se me ocurre preguntar al guía del museo quiénes son las personas que salen en la foto. Somos yo y mi abuela, los propietarios de la casa -dice-. Entendimos todo, Edis Kolar había formado parte del ejercito y vivió en muy primera persona la construcción del túnel. Su abuela fué otra de las heroínas en aquellos meses, lejos de abandonar su casa y marcharse ayudaba a todas aquellas personas que pasaban por el túnel en todo aquello que podía. Edis nos explica cómo fué el final de la guerra, recuerda cómo si fuera ayer que estaba en las montañas. Justo en el frente librando batalla contra los serbios. Ese día vi morir a 20 de mis compañeros de unidad -comenta Kolar-. El día siguiente al final de la guerra fué descrito por él como el día más silencioso de su vida. Sólo un gran silencio, repite un par de veces. Edis Kolar relata que no puede volver a ocurrir nada así, nunca hay ganadores en una guerra. Sólo perdedores y miles de vidas perdidas. Nos despesimos de él agradeciéndole su testimonio tan personal y cercano, sin duda Edis Kolar era la pieza más valiosa de ese museo. Volvemos a subir al coche de Irfan, nos acercará al centro y comeremos algo. (Continuará en parte III)
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